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Segundo mensaje - 18 de junio 1965 Garabandal Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Angel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros mas, pensad en la Pasión de Jesús.

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Música dedicada a Dios

Cada uno pagará por sus pecados 2 Reyes 14:6

 En la biblia existe un versiculo en el cual se dice que cada persona deberá pagar por sus pecados 2 Reyes 14:6

  • ...Yavé, en efecto, dio este mandato: "Los apadres no serán condenados a muerte por los hijos, ni estos por sus padres; sino que cada cual será condenado  a muerte por su propio pecado".

Eliseo sana a Naamán 2 Reyes 5:1 a 27

 En la biblia existe un relato sobre como Eliseo sana a Naamán 2 Reyes 5:1 a 27

01 Naamán era el comandante en jefe del ejército del rey de Aram. Era un hombre muy estimado por su señor; era su favorito porque por su intermedio había Yavé dado la victoria a los arameos. Pero ese hombre valiente era leproso.

02 En una incursión, los arameos habían traído del territorio de Israel a una adolescente que quedó como sirvienta de la mujer de Naamán.

03 Ella dijo a su patrona: «¡Ojalá mi señor se presentara al profeta que hay en Samaria, pues él le sanaría la lepra!»

04 Naamán se lo comunicó a su señor: «Mira lo que dice esa joven que vino del territorio de Israel».

05 El rey de Aram le dijo: «¡Anda inmediatamente! Te voy a entregar una carta para el rey de Israel». Se puso en camino, llevando diez talentos de plata, seis mil piezas de oro y diez trajes para cambiarse.

06 Presentó al rey de Israel la carta en la que estaba escrito: «Junto con esta carta te envío a mi servidor Naamán para que lo sanes de la lepra».

07 Al leer la carta, el rey de Israel rasgó su ropa diciendo: «¿Acaso soy un dios para hacer morir o devolver la vida? ¡Ese me pide que le quite a éste la lepra! ¡Fíjense y díganme si esto no es más que para buscarme pelea!»

08 Eliseo, el hombre de Dios, supo que el rey de Israel había rasgado su ropa, y mandó decir al rey: «¿Por qué rasgaste tu ropa? ¡Que venga a verme y así sabrá si hay o no profeta en Israel!»

09 Fue pues Naamán con sus caballos y su carro y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo.

10 Eliseo le mandó decir por medio de un mensajero: «Vé a bañarte siete veces en el Jordán y tu carne será como antes y quedarás sano».

11 Naamán se enojó y se fue diciendo: «Yo pensaba que saldría a verme en persona, que invocaría el nombre de Yavé su Dios, que pasaría su mano por la parte enferma y que me libraría de la lepra.

12 ¿No son los ríos de Damasco, el Abna y el Parpar, mejores que todos los de Israel? ¡Me habría bastado con lavarme allí para sanarme!» Muy enojado dio media vuelta para irse.

13 Pero sus sirvientes se acercaron y le dijeron: «Padre mío, si el profeta te hubiera pedido algo difícil ¿no lo habrías hecho? ¿Por qué, pues, no lo haces cuando tan sólo te dice: Lávate y quedarás sano?»

14 Bajó pues y se sumergió en el Jordán siete veces, tal como le había dicho el hombre de Dios. ¡Y después de eso su carne se volvió como la carne de un niñito; estaba sano!

15 Entonces regresó donde el hombre de Dios con todos sus acompañantes, entró en su casa y se presentó ante él: «Ahora, dijo, sé que no hay más Dios en toda la tierra que el Dios de Israel. Acepta pues este presente de parte de tu servidor».

16 Eliseo le respondió: «Por la vida de Yavé a quien sirvo que no aceptaré nada». El otro insistió para que aceptara, pero él se negó.

17 Entonces Naamán le dijo: «Muy bien, pero me gustaría al menos que dieras a tu servidor un poco de tierra para cargar un par de mulas, porque en adelante tu servidor no ofrecerá más sacrificios u holocaustos a otros dioses sino sólo a Yavé.

18 Sin embargo que Yavé perdone a este su servidor, pues cuando mi señor entra en el templo de Rimmón para postrarse, se apoya en mi brazo y yo tengo que postrarme junto con él en el templo de Rimmón. Que Yavé se digne perdonar esto a tu servidor».

19 Eliseo le dijo: «¡Vete en paz!» Ya estaba bastante lejos,

20 cuando Guejazí, el sirviente de Eliseo, se dijo para sí: «Mi patrón ha sido demasiado considerado con ese arameo. ¡Pensar que no aceptó nada de lo que Naamán traía! Por la vida de Yavé, si puedo alcanzarlo, le sacaré algo».

21 Salió pues Guejazí tras Naamán, quien se dio cuenta de que corría tras él. Saltó de su carro diciéndole: «¿Algún problema?»

22 Guejazí le respondió: «No, ninguno, pero mi patrón me encargó que te dijera: Hace un momento dos jóvenes de la montaña de Efraín, de los hermanos profetas, acaban de llegar a mi casa. ¿Podrías darme para ellos un talento de plata y dos trajes para cambiarse?»

23 Naamán le dijo: «Mejor toma dos talentos». Lo obligó a aceptarlos y puso los dos talentos de plata en dos sacos junto con los trajes de recambio, luego se los encargó a dos de sus sirvientes para que fueran delante de Guejazí transportándolos.

24 Cuando Guejazí llegó a Ofel, lo recibió todo de sus manos y lo guardó en su casa, y despidió a los hombres, quienes se fueron.

25 El, por su parte, volvió a presentarse ante su patrón. Eliseo le dijo: «¿De dónde vienes Guejazí?» Este le dijo: «Tu sirviente ha andado por aquí y por acullá».

26 Eliseo añadió: «¿No estaba contigo mi espíritu cuando ese hombre saltó de su carro para ir a tu encuentro? Ahora tienes plata, ropas, olivares, viñas, ovejas, bueyes, sirvientes y sirvientas...

27 ¡Pero también tienes la lepra de Naamán, la que se te pegará a ti y a tu familia para siempre!» Y Guejazí se alejó de su presencia con una lepra blanca como la nieve.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=b3GkvTs2Oj8

Eliseo y el milagro del aceite 2 Reyes 4

 En la biblia existe unos versiculos que narran la historia de Eliseo y el milagro del aceite 2 Reyes 4

01 Una de las mujeres de los hermanos profetas mandó llamar a Eliseo: «Tu servidor, mi marido, ha muerto, dijo ella, y tú sabes que tu servidor temía a Yavé. Pues bien, un hombre a quien debíamos dinero vino a tomar a mis dos hijos para hacerlos sus esclavos».

02 Eliseo le dijo: «¿Qué puedo hacer por ti? Dime, ¿qué tienes en tu casa?» Respondió: «Tu sirvienta no tiene nada en su casa, excepto un cantarito de aceite».

03 Le dijo: «Anda a pedirles a todos tus vecinos cántaros, cántaros vacíos, todos los que puedas.

04 Cuando estés de vuelta, cierra la puerta tras de ti y de tus hijos, echa tu aceite en todos esos cántaros y a medida que se vayan llenando, ponlos aparte».

05 Fue a hacer eso, se encerró en la casa con sus hijos, quienes le pasaban los cántaros y ella los llenaba.

 06 Cuando los cántaros estuvieron llenos, dijo a su hijo: «Pásame uno más». Pero éste le dijo: «Ya no hay más». Y el aceite dejó de correr.

07 Fue a contar todo eso al hombre de Dios, el cual le dijo: «Anda a vender el aceite y paga así tu deuda; lo que quede te permitirá vivir junto con tus hijos».

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=U7a_Hc0IABM


Pruebas que confirman que Sodoma y Gomorra existieron

Pruebas que confirman que Sodoma y Gomorra existieron 

 Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=pxpGXdOUxXg

 

Eliseo multiplica el pan 2 Reyes 4:42 a 44

 En la biblia existe una historia sobre Eliseo que multiplica el pan 2 Reyes 4:42 a 44

42 Llegó un hombre que venía de Baal-Salisa; en su saco traía al hombre de Dios veinte panes de cebada y de trigo que habían hecho con harina recién cosechada. Eliseo le dijo: «Dáselos a esos hombres para que coman».

43 Pero el sirviente le dijo: «No me alcanza para repartírselo a cien personas». Replicó: «Dáselos y que coman, porque esto dice Yavé: Comerán y sobrará».

44 Les sirvieron, comieron y les sobró, tal como lo había dicho Yavé

Eliseo resucita a un muerto 2 Reyes 4:8 a 41

En la biblia existe una historia sobre cuando Eliseo resucito a un muerto 2 Reyes 4:8 a 41 

08 Un día pasaba Eliseo por Sunam. Había allí una mujer rica que lo invitó para que se quedara a comer, y desde ese día, cada vez que pasaba por allí, se detenía en su casa.

09 Ella dijo a su marido: «He sabido que ese hombre que pasa a menudo por nuestra casa es un santo hombre de Dios;

10 construyámosle en la terraza un pequeño cuarto y pongámosle allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara. Así, cuando pase por nuestra casa, podrá quedarse ahí».

11 Un día que pasaba por allí, se fue al cuarto de arriba y se acostó.

12 Le dijo a su sirviente Guejazí: «¡Llama a esa buena sunamita! Cuando la hayas llamado y esté cerca de ti,

13 dile: Tú te preocupas mucho por nosotros, ¿qué podemos hacer por ti? ¿Quieres que digamos por ti una palabra al rey o al jefe del ejército?» Pero ella respondió: «Estoy bien en medio de mi familia».

14 Eliseo volvió un día a tocar el tema: «Pues bien, ¿qué se puede hacer por ella?» Guejazí respondió: «No tiene hijos y su marido ya es viejo».

15 Eliseo le dijo: «¡Llámala!» El sirviente la llamó y ella se presentó a la entrada del cuarto.

16 Eliseo le dijo entonces: «Por esta misma fecha, el año entrante estarás acariciando a un hijo». Ella respondió: «¡No, señor mío, tú eres un hombre de Dios; no engañes así a tu sirvienta!»

17 Ahora bien, la mujer concibió y, al año siguiente por esa misma fecha, tuvo un hijo tal como Eliseo se lo había anunciado.

18 El niño creció. Un día que había ido donde su padre que estaba con los segadores,

19 dijo a su padre: «¡Ay mi cabeza! ¡mi cabeza!» El padre dijo a un sirviente: «¡Llévalo inmediatamente donde su madre!»

20 El sirviente lo llevó y se lo entregó a su madre; el niño permaneció sentado en sus rodillas, y al mediodía falleció.

21 Ella entonces subió a acostarlo en la cama del hombre de Dios, después cerró la puerta y salió.

22 Llamó a su marido y le dijo: «Mándame a uno de los mozos con una burra. Voy a ir corriendo donde el hombre de Dios y luego regresaré».

23 El le preguntó: «¿Por qué quieres ir ahora donde él, siendo que no es día de luna nueva ni sábado?» Ella le respondió: «No te preocupes».

24 Ensilló la burra y dijo al sirviente: «Vamos, llévame y no te detengas en el camino a menos que te lo pida».

25 Partió y llegó donde el hombre de Dios que estaba en el monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la divisó de lejos, dijo a Guejazí, su sirviente: «Allí viene la Sunamita.

26 Corre a encontrarla y pregúntale: ¿Cómo estás? ¿Tu marido se porta bien? ¿Cómo está el niño?» Ella respondió: «¡Bien!»

27 Pero en cuanto llegó donde el hombre de Dios que estaba en el monte, le abrazó las piernas. Guejazí se acercó para separarla, pero el hombre de Dios le dijo: «¡Déjala! Su corazón está repleto de tristeza, Yavé me lo ha ocultado y no me lo ha dado a conocer».

28 Entonces ella dijo: «¿Fui yo acaso quien pidió un hijo a mi señor? Yo te dije muy bien: ¡No me engañes!»

29 Eliseo dijo a Guejazí: «¡Ponte mi cinturón, toma mi bastón y ándate! Si te encuentras con alguien no te detengas a saludarlo, y si alguien te saluda, no le respondas. Pondrás mi bastón en la cara del niño».

30 Pero la madre del niño le dijo: «Por la vida de Yavé y por tu propia vida, que no te dejaré». Entonces él se levantó y la siguió.

31 Guejazí se había adelantado; puso el bastón sobre el rostro del niño, pero no tuvo voz ni respuesta. Se volvió donde Eliseo y se lo comunicó: «El niño no se despertó».

32 Eliseo entró en la casa; allí estaba el niño muerto, tendido en su cama.

33 Entró, cerró la puerta y luego oró a Yavé.

34 Después se tendió encima del niño, puso su boca en la del niño, sus ojos en los de él, sus manos en las de él, así estuvo recostado sobre él, y la carne del niño se calentó.

35 Bajó luego a la casa y caminó de un lado al otro, subió de nuevo y volvió a tenderse sobre el niño. Así lo hizo siete veces. Al final el niño se movió y abrió los ojos.

36 Eliseo llamó a Guejazí y le dijo: «Di a la sunamita que venga». La llamó, ella subió y le dijo: «Toma a tu hijo».

37 Ella se echó a sus pies y se postró en tierra, luego tomó a su hijo y salió.

38 Eliseo volvió a Guilgal; había hambruna en la región. Cuando los hermanos profetas estaban sentados a su lado, dijo a su sirviente: «Toma la olla grande y prepara un caldo para los hermanos profetas».

39 Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas, halló una especie de uva silvestre, recogió varios racimos hasta llenar su manto. Al volver, los fue desgranando en el tiesto en que se preparaba el caldo, sin que nadie supiera lo que era.

40 Sirviéronles sopa a todos esos hombres, pero en cuanto la probaron exclamaron: «¡Hombre de Dios, la olla está envenenada!» Y no pudieron comer.

41 El les dijo: «Tráiganme harina». La echó en la olla y añadió: «Sirvan sopa a los hombres y que coman». Y ya no había nada venenoso en la olla.

42 Llegó un hombre que venía de Baal-Salisa; en su saco traía al hombre de Dios veinte panes de cebada y de trigo que habían hecho con harina recién cosechada. Eliseo le dijo: «Dáselos a esos hombres para que coman».

43 Pero el sirviente le dijo: «No me alcanza para repartírselo a cien personas». Replicó: «Dáselos y que coman, porque esto dice Yavé: Comerán y sobrará».

44 Les sirvieron, comieron y les sobró, tal como lo había dicho Yavé.

El juicio de Salomón con las prostitutas I Reyes 3: 16 a 28

 En la biblia existe una historia sobre dos prostitutas que se pelean por un niño I Reyes 3:16 a 28

16 Fueron dos prostitutas al tribunal del rey.

17 Una de ellas le dijo: «Señor, atiéndeme; esa mujer y yo vivíamos en la misma casa y en esa casa di a luz a un niño.

18 Tres días después del parto, ella dio a luz también a un niño. Estábamos juntas, ninguna persona extraña estaba con nosotras, éramos las únicas en la casa.

19 Pues bien, durante la noche murió el hijo de esa mujer porque ella se acostó encima de él.

20 Entonces se levantó a medianoche, tomó a mi hijo que estaba a mi lado mientras yo dormía, lo acostó a su lado y puso al niño muerto al lado mío.

21 Por la mañana, cuando me levanté para dar de mamar a mi hijo, vi que estaba muerto, pero al mirarlo con más atención, me di cuenta de que no era el hijo que había dado a luz».

22 En ese momento la otra mujer se puso a gritar: «¡Mi hijo es el que está vivo y el tuyo es el que está muerto!» Y la primera replicó: «¡No es cierto, tu hijo es el que está muerto y el mío está vivo!» Y ambas discutían en presencia del rey.

23 El rey tomó la palabra: «Tú dices: Mi hijo está vivo y el tuyo está muerto. Y tú dices: ¡No! porque es tu hijo el que está muerto mientras que el mío está vivo».

24 El rey ordenó: «Tráiganme una espada». Le llevaron al rey una espada.

25 Entonces el rey dijo: «Corten en dos al niño que está vivo y denle una mitad a una y la otra mitad, a la otra».

26 Entonces la mujer cuyo hijo estaba vivo dijo al rey, porque se le conmovieron sus entrañas de madre: «No, por favor, señor, denle a ella mejor el niño que está vivo, pero que no lo maten». Pero la otra replicaba: «Pártanlo, así no será ni mío ni tuyo».

27 El rey entonces decidió: «Den el niño que está vivo a la primera, no lo maten, porque ella es su madre».

28 Todo Israel oyó hablar de la sentencia que había pronunciado el rey; desde entonces hubo un gran respeto por el rey porque se veía que la sabiduría de Dios estaba con él cuando administraba justicia

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=8-5eEEFpl7w


Génesis - Capítulo 65 (248) - Español Latino

Lot se prepara para martir, y ellos se iran cerca a Sodoma

 Fuente: https://www.dailymotion.com/video/x886598


La historia de David y Goliat I Samuel 17:4 a 58

 En la biblia existe la historia de David a Goliat que se relata en I Samuel 17:4 a 58

01 Los filisteos movilizaron sus tropas para la guerra. Se reunieron en Soco de Judá: su campamento se situaba en Efés-Damim, entre Soco y Azeca.

02 Saúl y los Israelitas se concentraron también, instalaron su campamento en el valle del Terebinto y se dispusieron en orden de batalla frente a los filisteos.

03 Los filisteos estaban en una de las laderas de los cerros y los israelitas, en la otra; solamente los separaba un valle.

04 Un guerrero destacado, de nombre Goliat, salió de las filas de los filisteos; era un hombre de Gat que medía más de dos metros.

05 Tenía en su cabeza un casco de bronce e iba revestido de una coraza de escamas. El peso de su coraza de bronce era como de sesenta kilos.

06 Llevaba polainas de bronce y a la espalda una lanza de bronce;

07 el palo de su lanza era tan grueso como el que conforma el marco de un telar y la punta de hierro de su lanza pesaba nada menos que siete kilos. Un escudero iba delante de él.

08 Se puso frente a las filas de Israel y les gritó: «¿Por qué han salido en son de guerra? ¿No soy yo el filisteo, y ustedes, los servidores de Saúl? Elijan pues al que me enfrentará en nombre de ustedes.

09 Si es capaz de vencerme y derribarme, entonces seremos sus esclavos; pero si yo lo venzo y lo derribo, ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán».

10 El filisteo agregó: «Les lanzo pues, hoy, un desafío a las tropas de Israel: denme un hombre para que me enfrente solo a solo».

11 Cuando Saúl e Israel oyeron las palabras del filisteo, quedaron asustados y desmoralizados.

12 David era hijo de Jesé, un efrateo de Belén de Judá, quien tenía ocho hijos.

13 En tiempos de Saúl, Jesé ya era viejo, pero había enviado hombres al ejército. Sus tres hijos mayores Eliab, el primogénito, Abinadab, el segundo, y Samá, el tercero, se fueron a la guerra con Saúl.

14 David era el menor, y como los tres mayores se habían ido con Saúl,

15 David alternaba sus viajes al campamento de Saúl con el cuidado del rebaño de su padre en Belén.

16 El filisteo se presentaba cada mañana y cada tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.

17 Jesé dijo a David: «Toma para tus hermanos una bolsa de trigo tostado y diez panes. Se los llevarás al campamento a tus hermanos,

18 y darás estos diez quesillos al jefe de mil. Preguntarás por la salud de tus hermanos y me traerás algún recuerdo de ellos.»

19 Tanto ellos como los hombres de Israel estaban con Saúl en el valle del Terebinto, peleando contra los filisteos.

20 David se levantó de madrugada, dejó el rebaño encargado a un pastor, tomó su bolsa y se fue tal como Jesé se lo había ordenado. Cuando llegó, el ejército estaba dejando el campamento para tomar sus posiciones y lanzar el grito de guerra.

21 Los israelitas y los filisteos se pusieron en fila frente a frente.

22 David encargó su bolsa al que cuidaba los equipajes y corrió al frente de la tropa. Fue a saludar a sus hermanos.

23 Mientras estaba conversando con ellos salió de las filas Goliat, el coloso filisteo de Gat, a lanzar su desafío, y David lo oyó.

24 Los israelitas, apenas lo vieron, empezaron a retroceder, llenos de miedo.

25 Un hombre de Israel dijo: «¿Han visto a ese hombre que sale de las filas filisteas para insultar a Israel? Al que logre derrotarlo, el rey lo colmará de riquezas, le dará a su hija, y eximirá a la casa de su padre de cualquier impuesto».

26 David preguntó a los hombres que estaban a su rededor: «¿Qué le harán al que venza a ese filisteo y logre vengar el insulto que se hace a Israel? ¡Quién es ese filisteo incircunciso para que insulte así a las tropas del Dios vivo!»

27 Y la gente repitió lo dicho anteriormente: «Esto harán con el hombre que lo venza».

28 Eliab, su hermano mayor, oyó que conversaba con los soldados y se enojó con David. Le dijo: «¿Por qué viniste para acá? ¿A quién dejaste encargadas las ovejas que tenemos en el desierto? ¡Ah, ya sé, tú andas curioseando y buscando la ocasión para ver la batalla».

29 David le respondió: «Pero, ¿qué he hecho yo? ¿Acaso uno no tiene derecho a hablar?»

30 Se dirigió a otro con la misma pregunta, pero las personas le dieron la misma respuesta.

31 Oyeron las palabras de David y se las transmitieron a Saúl, quien lo mandó llamar.

32 David dijo a Saúl: «¡No hay por qué tenerle miedo a ése! Yo, tu servidor, iré a pelear con ese filisteo».

33 Pero Saúl dijo a David: «Tú no podrás pelear con él, eres sólo un niño y él en cambio es un hombre que pelea desde su juventud».

34 David dijo a Saúl: «Cuando estaba guardando el rebaño de mi padre y aparecía un león o un oso para llevarse una oveja del rebaño,

35 yo lo perseguía y lo golpeaba y le quitaba la presa del hocico. Y si se volvía contra mí, lo tomaba de la quijada y lo golpeaba hasta matarlo. Yo he matado leones y osos; lo mismo haré con ese filisteo que ha insultado a los ejércitos del Dios vivo.

36 ¡Así como tu servidor ha vencido al león y al oso, lo mismo hará con ese filisteo que ha insultado las tropas del Dios vivo!»

37 David dijo además: «De la misma manera que Yavé me ha librado de las garras del león y de las zarpas del oso, así también me librará de las manos de ese filisteo». Entonces Saúl dijo a David: «Anda y que Yavé esté contigo».

38 Saúl pasó a David su propio equipo de combate; le puso en la cabeza un casco de bronce y lo revistió con una coraza.

39 David se ciñó la espada por encima de su vestimenta, trató de caminar, pero no estaba acostumbrado a eso. Entonces dijo a Saúl: «No puedo caminar con todo esto porque no tengo costumbre». Y David se quitó todo.

40 Tomó su palo y recogió del lecho del arroyo cinco piedras bien planas. Las puso en su morral de pastor, en su bolsa de cuero, tomó la honda en la mano y avanzó hacia el filisteo.

41 El filisteo iba y venía y se acercó a David; su escudero iba delante de él.

42 El filisteo dio a David una mirada de desprecio, porque no era más que un muchacho, (David era rubio y de buena apariencia).

43 El filisteo dijo a David: «¿Acaso soy un perro para que vengas a atacarme con palos? El filisteo maldijo a David por todos sus dioses, 44 y en seguida le dijo: «Ven para acá para entregarte como comida a los buitres y a las fieras».

45 David respondió al filisteo: «Tú me atacas con la espada, la lanza y la jabalina, pero yo me lanzo contra ti en nombre de Yavé de los ejércitos, el Dios de las tropas de Israel que has insultado.

46 Hoy Yavé te entregará en mis manos, te derribaré y te arrancaré la cabeza. Hoy mismo daré tu cadáver y los cadáveres del ejército filisteo a las aves de rapiña y a las fieras salvajes. Toda la tierra sabrá que hay un Dios en Israel,

47 y todos los que están aquí reunidos sabrán que Yavé no necesita espada o lanza para dar la victoria, porque la suerte de la batalla está en sus manos: él los va a poner a ustedes en nuestras manos».

48 En ese momento el filisteo avanzó y se acercó a David. Este salió hacia adelante al encuentro del filisteo,

49 metió rápidamente la mano en el morral, sacó de allí una piedra y la lanzó con la honda. Le dio al filisteo en la frente, la piedra se le hundió en la frente y cayó de bruces al suelo.

50 Así es como David venció al filisteo con una honda y una piedra: lo derribó y le dio muerte. Pero no tenía espada.

51 Entonces corrió, se detuvo ante el filisteo, le quitó la espada que tenía en la vaina, y espada en mano, le cortó la cabeza. Así acabó con él. Los filisteos, al ver la muerte de su campeón, salieron huyendo.

52 Los hombres de Israel y de Judá se levantaron, lanzaron su grito de guerra y persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Y los cadáveres de los filisteos quedaron esparcidos por todo el camino, desde Saarayim hasta Gat y Ecrón.

53 Cuando regresaron los israelitas de esa persecución a los filisteos, saquearon su campamento.

54 David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén; sus armas, en cambio, las dejó en su propia tienda.

55 Al ver como David iba a enfrentarse con el filisteo, Saúl había dicho a Abner, el jefe de su ejército: «Abner, ¿de quién es hijo ese muchacho?» Abner le respondió: «Por mi vida, oh rey, que no lo sé».

56 El rey le dijo: «Infórmate para saber de quién es hijo ese muchacho».

57 Cuando David regresó después de haber derrotado al filisteo, Abner lo llevó donde Saúl; tenía en la mano la cabeza del filisteo.

58 Saúl le dijo: «Joven, ¿de quién eres hijo?» Y David le respondió: «Soy hijo de tu servidor Jesé de Belén».

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=kg39Dw0cAVI

La rebelión a Dios es un pecado grave Samuel 15:23

 En la biblia existe un versiculo en el cual se dice que la rebelión es un pecado grave al igual que la brujería 

  • La rebelión es un pecado tan grave como la brujería;la desobediencia es un crimen ta grave como la idolatría. Ya que rechazaste la palabra de Yavé, Yavé te hecha de la realeza

Dios ve el corazón Samuel 16:7

 En la biblia existe un versiculo en el cual se dice qué es lo que Dios ve en una persona a diferencia de las personas Samuel 16:7

  • ...Porque Dios no ve las cosas como los hombres: el hombre se fija en las apariencias pero Dios ve el corazón 

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