La religiosa describió que la Virgen “sostenía su Inmaculado Corazón en la mano, y a su lado estaba el Niño Jesús en una nube luminosa. Jesús dijo: Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas”.
La Virgen apoyó la mano sobre el hombro de Sor Lucía y le dijo: “Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes”.
“Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme, les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación”, señaló la Virgen María
El Señor le explicó a Sor Lucía que “la devoción de los cinco sábados se debe a que hay cinco tipos de ofensas y blasfemias contra el Inmaculado Corazón de María”.
Estas blasfemias son:
- Contra su Inmaculada Concepción
- Contra su Virginidad perpetua
- Contra su Divina Maternidad al rechazar reconocerla como Madre de todos los hombres
- Las ofensas de aquellos que tratan de sembrar públicamente en los corazones de los niños indiferencia o incluso odio a la Virgen y
- Las ofensas de quienes la ultrajan en sus santas imágenes.