Según el padre Fortea, el maleficio primero tiene un efecto en quien lo hace, ya que invoca al demonio y nada bueno puede provenir de tal acto. Es muy probable que tales personas sean perjudicados con algún tipo de influencia demoníaca, posesión o enfermedad. En opinión del sacerdote, pocas cosas atraen tanto el castigo divino como practicar maleficios contra otros.
La persona que ora y vive en gracia de Dios está protegida por Él.
Cuanto más se reza y se busca llevar una vida cristiana, más protegidos se está.